jueves, septiembre 04, 2008

In vino vita!



No solo "in vino veritas", sino "in vino vita". Según un reciente artículo de la revista Nature -recogido en un reportaje de Mónica Salomone en "El País"- se sabe que "un compuesto llamado resveratrol presente en la piel de las uvas, en el vino tinto y en las nueces afecta la actividad de un gen implicado en la longevidad." Es decir, va a ser verdad aquello de que "para conservarse bien hay que meterse en alcohol". Sin que esto se entienda como una invitación al alcoholismo sino, en todo caso, a una ingesta moderada del mismo, ya que no es la primera vez que la ciencia médica habla de los posibles beneficios de una ingesta moderada del vino tinto, sea por los taninos o por el "resveratrol" o porque el vino nos acerca a los dioses.
El escritor logroñés José Fermín Hernández Lázaro se ha sumergido en la historia de las civilizaciones y las religiones para ver en ellas el papel jugado por el vino como elemento de comunicación entre el hombre y los dioses. El resultado es el ensayo "El vino y los dioses". "El hombre creó primero los dioses-recurso, para dejar de sentirse un juguete del destino. Y luego buscó medios como el vino para comunicarse con ellos".
«Fue [el vino] una bebida divina utilizada en ritos y liturgias por sumerios, egipcios, griegos y romanos. Lo fue para los antiguos fenicios y para los judíos. Y también para los cristianos y los mahometanos». En este sentido el cristianismo "es la religión más sorprendente en cuanto al uso ritual del vino, porque la transustanciación es algo extraordinario: no sólo se bebe el vino, sino que se convierte en la sangre de Cristo."
Ya lo dicen los viejos: "algo tendrá el agua cuando la bendicen, pero algo mejor tendrá el vino cuando lo consagran".

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