domingo, enero 04, 2009

¿Magister o arbiter elegantiae?



Una "elegante" amiga me recomendó, a finales del 2008, la lectura del último libro de Muriel Barbery, “La elegancia del Erizo”, uno de los best sellers en Francia durante ese año. Su argumento gira en torno a dos personajes, los protagonistas de la historia: Renée, la portera de una comunidad de vecinos de la burguesía parisina, que lleva mucho tiempo fingiendo ser una mujer común y Paloma, una niña de doce años, que oculta una inteligencia extraordinaria. Ambas llevan una vida solitaria, discreta, mientras se esfuerzan por sobrevivir y vencer la desesperanza. La llegada de un hombre misterioso al edificio propiciará el encuentro de estas dos almas gemelas; juntas, Renée y Paloma, descubrirán la belleza de las pequeñas cosas; invocarán la magia de los placeres efímeros e inventarán un mundo mejor. Un mundo que se les acabará pronto.


“La elegancia del erizo” es un tratado sobre “cómo alcanzar la felicidad”; es un himno a la vida cotidiana y a las cosas sencillas; es un elogio de las relaciones humanas sinceras y cotidianas; un aplauso sincero a la comunicación y al diálogo entre las personas sensibles. Pero también es una crítica a las relaciones distantes, frías e hipócritas entre las gentes de la burguesía. “En mi país hay una gran fractura entre las clases sociales y un elitismo cultural muy fuerte. El fenómeno de la integración de la inmigración ha sido un absoluto fracaso”, ha declarado Muriel Barbery.


¿Por qué "la elegancia del erizo"? "La señora Michel tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que , por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo que los erizos, que son animalitos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes". (p. 157) Esto dice Paloma de Renée Michel.


¿Por qué la elegancia? ¿Qué es la elegancia? [Elegante (del lat. elĕgans, -antis) 1. adj. Dotado de gracia, nobleza y sencillez.] ¿Qué sabía de elegancia aquel que fue llamado en la antigüedad "arbiter elegantiae"? . Aquel de quien Tácito cuenta que fue un hombre en el que la sencillez le dotaba de una gracia diferente, que fue admitido en la corte de Nerón entre los favoritos. Era el árbitro de la elegancia y Nerón, tocante a cuestiones de buen gusto, no aceptaba nada que Petronio no hubiera aprobado primero. ¿Fue este Petronio el autor del Satiricón? Los críticos están divididos, pero parece probable. Si así fuera, coincidiría con la autora de la "Elegancia del erizo" en la crítica a la sociedad burguesa por su falta de estilo, por su ordinariez, por su vulgaridad... "Quae (pecunia) sic in quosdam homines, quomodo denarius in cloacam cadit". También coincidirían en la búsqueda de "lo epicúreo"; Paloma dice de su hermana Colombe, con la que discrepa en todo: "Colombe sigue fingiendo ser la única de las dos que se toma la vida de manera "epicúrea"." (Pág.89)

¿Por qué "el erizo"? ¿Será el erizo solitario metáfora natural de aquel deseo de la soledad que sentía profundamente Epicuro? "La comunidad epicúrea se caracterizaba por la austeridad y por el alejamiento de los demás, de ahí la máxima del maestro "vive oculto". (Luis A, de Villena, o.c. 103)

Algunas "ideas profundas" de la elegancia del erizo:

- "...no hay nada más difícil e injusto que la realidad humana: los hombres viven en un mundo donde lo que tiene poder son las palabras y no los actos, donde la competencia esencial es el dominio del lenguaje".
- Puedes "arruinar tu vida a fuerza de no oir nada de lo que te dicen los demás".

- Es importante en la vida saber utilizar "la elegancia y el embrujo contra la triste agresividad de los juegos adultos de poder".

-"...para ganar hay que vivir, pero también dejar vivir al contrincante... Lo importante es construir bien".

- "...lo que importa es el ahora: construir, ahora, algo, a toda costa, con todas nuestras fuerzas... Para eso sirve el futuro: para construir el presente..."

- "Yo suplico al destino que me dé la oportunidad ... de conocer a la gente".

- ..."desdichados los pobres de espíritu que no conocen ni el trance ni la belleza de la lengua"...

- "Hay tanta humanidad..., tanta nostalgia ..., tanta fuerza en este sentirse tan insignificante en el seno de la naturaleza"...

-“… en nuestro universo existe la posibilidad de convertirse uno en lo que no es todavía…”

- “ Si quieres cuidar de ti, cuida de los demás …. ¡Alégrate, hay personas valerosas!...

1 comentario:

Javier Cercas Rueda dijo...

LA ELEGANCIA DEL ERIZO

La decena de familias ricas que viven en el nº 7 de la calle Grenelle de París piensan que Renée es una portera más. Eso es lo que ella pretende y no deja traslucir en sus palabras y actos visibles nada que lo desmienta. En la realidad es una autodidacta con muchas lecturas encima y con gustos culturales bien cultivados. Sólo un nuevo inquilino japonés sabrá traspasar la protección que Renée ha creado en torno a si. Paloma tiene doce años, vive en ese edificio y también tiene un secreto: es superinteligente.

La niña va suicidarse en unos meses tras prender fuego a su casa y vamos conociendo un diario donde recoge sus ideas y sus reflexiones sobre la vida. En capítulos alternos, Renée va contando cómo ha llegado a ser como es. A partir de un momento, la novela se centra en el presente, en la relación que establecen las dos protagonistas hasta el desenlace final.

La idea es original pero la novela resulta artificiosa y desesperanzada. La imagen de la portera con un cazo en la mano removiendo un guiso y con un tomo de Husserl en la otra resultaría simpática si no fuera inverosímil. Renée es un personaje difícil de creer, por muy de acuerdo que se esté en que no hay que dejarse guiar por las apariencias para juzgar a las personas. La inteligencia de Paloma parece residir en su escepticismo cínico y existencialista. Resulta desde el primer momento una listilla sabihonda que desprecia y critica cuanto la rodea, especialmente a su familia. La gran aportación de su testamento intelectual es que “la vida no tiene sentido”. Todo lo demás son corolarios. La autora quiere denunciar el elitismo cultural francés y ha relacionado para ello a dos solitarios difíciles de digerir para el lector.

Esta supuesta “revelación literaria” francesa (Bayeux, 1969) resulta pesada y de poco interés. El estilo es sobrecargado y a veces farragoso (a la altura de la gran sabiduría de las protagonistas). Su éxito (más de 800.000 ejemplares vendidos) parece debido a una tarea paciente y eficaz de encuentros múltiples con lectores. El marketing directo se demuestra más útil para vender que la literatura. Y es más fácil de hacer.